Cada vez son más habituales en la farmacia las consultas sobre los tatuajes y cómo cuidarlos, porque cada vez más personas deciden dibujarse la piel.

Un tatuaje es una herida en la capa más profunda de la piel, la dermis, que se rellena con tinta. Se realiza penetrando la piel profundamente con una aguja e inyectando la tinta no en la capa más superficial de la piel, la epidermis, sino en la dermis, cuyas células son mucho más estables, lo que hace que el tatuaje sea prácticamente permanente.

Dos de cada cinco españoles llevan un tatuaje o más grabado en su piel que requiere de un mantenimiento adecuado una vez se sale del centro de tatuado, especialmente, durante la época estival.

La piel marcada es más sensible a la exposición solar y el color de los tatuajes se degrada con el paso del tiempo, especialmente si no se hidratan.

Con el tiempo, la tinta pierde intensidad, los bordes del tatuaje se difuminan, y esa piel que se ha agredido es más sensible a las agresiones externas. Sin un cuidado especial, la zona tatuada puede verse deteriorada.


Tatuajes: Cuidados básicos

La piel tatuada, extremadamente sensible porque ha sido agredida, necesita unos cuidados después de la intervención que son vitales para su cicatrización y para evitar posibles infecciones.

Es importante especialmente durante los primeros días:

  • Mantén el vendaje de 2 a 24 horas, ya que la piel está hipersensible
  • Retira el vendaje cuando haya pasado este tiempo. Es hora de lavarlo por primera vez, preferentemente con suero fisiólogico y con tus manos limpísimas. Sécalo dando pequeños toques, sin frotar.
  • Mantén la zona seca
  • Cuando el tatuaje esté completamente seco y la piel empiece a sentirse tirante, aplica una fina capa de las pomadas especialmente indicadas para la cicatrización de los tatuajes, no demasiada porque entonces favorecerás la proliferación de bacterias, durante tres a cinco días. Evita los cosméticos no formulados especialmente con este fin, y emplea cremas específicas sin conservantes, perfumes o parabenos.
  • Después, la crema epitelizante reparadora debe aplicarse tres veces al día durante un mes. Es importante que el tatuaje no se reseque. La pomada reparadora Aquaphor de Eucerin o Bepanthol son dos opciones recomendadas.
  • Evita piscinas, saunas y playas.
  • Evita la exposición a rayos UV y al Sol
  • Por muy pequeño que sea el tatuaje, debes prestar atención a todos estos cuidados, especialmente durante los primeros días.
  • No lo rasques. Conforme va curando, aparecerá una costra y debes dejar que caiga por sí sola. Puede que experimentes fuertes sensaciones de picor cuando te tatúes, pero es importante evitar el rascado ya que puede irritar la piel, retrasar la cicatrización y dar lugar a infecciones.
  • La sudoración y el calor son enemigos de los tatuajes recién hechos, no solamente porque suele causar picores e irritaciones, sino porque también favorecen la maceración de la herida e impiden la cicatrización, por lo que es recomendable que esperes a épocas más frías para hacerte tu tatuaje, porque además tampoco debes sumergirlo en agua hasta que haya cicatrizado completamente.
  • No lo expongas al sol. Los rayos del sol aclaran el color de la tinta. Las tres primeras semanas evita que le dé el sol en su totalidad, después recuerda aplicar protección solar de factor alto cada vez que tomes el sol y así mantendrás los colores durante más tiempo.
  • Utiliza agua templada cuando te duches, sobre todo si el tatuaje tiene menos de dos semanas de cicatrización.
  • Permanece atento a cualquier tipo de reacción o signos de infección. No olvides que se ha introducido un cuerpo extraño en la piel, lo que puede provocar una respuesta inflamatoria e incluso inmunológica

Tatuajes y Sol

Una exposición del tatuaje al sol sin una protección adecuada puede deteriorar su aspecto, por lo que el uso de protección solar es importante para mantener vivos los colores.

La acción del sol acelera la pérdida de intensidad del color del tatuaje, de ahí que el verano no sea el momento más idóneo para tatuarse. Por un lado, la piel tatuada es una herida en proceso de cicatrización y precisa un cuidado muy especial, y por otro, el propio tatuaje absorbe una mayor cantidad de energía solar que afectará el color y la definición del tatuaje.

Es conveniente recurrir a los filtros físicos y evitar los químicos como precaución, pues se trata de una piel hipersensible y, desde luego, evitar exponerlo al sol en las horas centrales del día.

Las fórmulas que emplees deberían tener factor de protección solar 50, y agentes nutritivos, que no sólo protejan frente a la radiación Ultravioleta A y B e Infrarrojo A, sino que también cuide y potencie el color del tatuaje y aporte elasticidad para que no se reseque, ayudando a cicatrizar, regenerar e hidratar la piel tatuada. Ladival e Isdin ofrecen fórmulas especiales para tatuajes en su surtido de productos fotoprotectores.

Y no olvides tampoco el cuidado postsolar: después del sol, hidrata y nutre tu tatuaje.

En caso de duda o si necesitas alguna recomendación adicional, ¡ven a vernos a la farmacia! Y como siempre trataremos de darte el mejor consejo. ¡Y larga vida a tu tatuaje!