Son muchos los falsos mitos que existen sobre la protección solar, y desmontarlos es clave para protegerse correctamente.

Estos tópicos erróneos pueden representar un peligro para nuestra salud. Así, afirmaciones como que el uso de fotoprotectores impide broncearse o puede provocar déficit de vitamina D, son falsas, y pueden desanimar a la hora de seguir las medidas preventivas frente al sol y acabar provocando daños en nuestra piel.

En este post te contamos los errores que cometemos al protegernos de las radiaciones solares, y qué hay de verdadero o falso detrás de estos mitos sobre la fotoprotección.

BULOS RELACIONADOS CON LA FOTOPROTECCIÓN

El sol aporta aspectos positivos para el organismo, como producción de vitamina D o la mejora del estado de ánimo. En cambio, la exposición no adecuada al sol tiene consecuencias negativas, como el envejecimiento de la piel, o más graves, como quemaduras o distintos tipos de cáncer de piel.

La mejor forma de conjugar lo beneficioso y lo perjudicial del sol es no renunciar a la vida al aire libre, pero con una actitud sensata. A pesar de que hoy día existe mayor concienciación en cuanto a la fotoprotección, aún quedan numerosas ideas bastante extendidas que llevan a confusión.

A continuación, exponemos diferentes bulos relacionados con la fotoprotección:

Tengo la piel oscura, por lo que no necesito usar protector solar. ¡FALSO!

La piel oscura es igual de susceptible al daño solar. Simplemente es más difícil ver el daño solar en la piel oscura. Independientemente del color de tu piel, aplícate el protector solar de la manera correcta.

Una sola aplicación al día de protección solar es suficiente. ¡FALSO!

Es importante aplicar el fotoprotector 30 minutos antes de la exposición al sol y, una vez iniciada la exposición, reaplicarlo cada 2 horas.

Además, para mantener la eficacia de la protección solar, se debe aplicar la cantidad adecuada. De lo contrario, el factor de protección solar (FPS) se vería reducido.

Estando a la sombra no necesito protegerme del sol. ¡FALSO!

Aunque una persona se mantenga a la sombra cuando va a la playa o a la piscina, la protección solar sigue siendo útil, ya que se sigue recibiendo la radiación ultravioleta. 

El protector solar evita que te pongas moreno. ¡FALSO!

Aplicando fotoprotector se evita la quemadura y el cáncer de piel, no el bronceado. Usar fotoprotectores hace que la piel se broncee de forma paulatina y sin peligro.

Con la aplicación de un fotoprotector no evitamos ponernos morenos, evitamos la aparición de la quemadura solar. La protección solar total no existe; aunque el fotoprotector tenga un FPS muy alto, siempre hay una parte de la radiación solar que llega a la piel. Además, es importante aplicar la cantidad suficiente, ya que si no lo hacemos la protección acaba siendo menor, y si a esto le sumamos que a lo largo de la jornada no lo reaplicamos, su FPS aún disminuye más.

Es importante protegernos todos los días, de esta manera evitaremos la quemadura solar, reduciremos las probabilidades de padecer cáncer de piel y obtendremos un bronceado progresivo.

Puedo utilizar el mismo fotoprotector para la cara y para el cuerpo. ¡FALSO!

La piel de cada zona del cuerpo es distinta y por ello te recomendamos usar fotoprotectores específicos para rostro y para cuerpo, ya que tienen texturas y características diferentes adaptadas a las necesidades de la piel de cada zona.

Existe la ‘pantalla total’. ¡FALSO!

La protección solar total no existe. Aunque el fotoprotector tenga un FPS muy alto, siempre hay una parte de la radiación solar que llega a la piel. Además, aunque hoy día disponemos de productos capaces de alcanzar una protección muy alta, esos valores generalmente se obtienen en situaciones de tests ideales que no son equiparables a la situación en que aplicamos el fotoprotector en la vida real, con lo que la protección real siempre será inferior.

Con lo que el término ‘pantalla total’, como un producto que bloquee enteramente la radiación proveniente del sol, no es apropiado e induce a confusión y a una falsa sensación de seguridad.

El tono bronceado es síntoma de salud. ¡FALSO!

Siempre se ha asociado el efecto dañino del sol a la quemadura solar. El tono bronceado que se adquiere sin pasar por una fase de eritema solar no se ha visto como algo perjudicial para la salud, sino que se ha asociado tradicionalmente a la belleza y a un aspecto físico saludable.

Sin embargo, hoy sabemos que tanto los rayos UVB como los UVA van generando un daño progresivo y acumulativo en la piel. Pequeñas dosis repetidas aún sin pasar por quemaduras intensas también van alterando las características del ADN de las células de la piel, y esa acumulación de daño solar en pequeñas dosis a largo plazo puede pasar factura.

Las cámaras de bronceado proporcionan un bronceado de base protector para preparar la piel antes del verano. ¡FALSO!

Este mito está tan extendido que algunas personas buscan broncearse con lámparas UVA para aumentar la protección.

Sin embargo, obtener ese tono bronceado haciendo uso de la misma radiación de la que nos queremos proteger parece que tiene poco sentido. Y, de hecho, se sabe que la radiación UVA proveniente de las cabinas de bronceado favorece el cáncer de piel.

El uso de fotoprotectores hace que se tenga un déficit de vitamina D. ¡FALSO!

La vitamina D es un nutriente vital para la salud humana, que el cuerpo produce fácilmente mediante la exposición a los rayos UV.

La idea de que el uso de fotoprotector reduce la producción de vitamina D no es correcta. Alrededor de 15 minutos de exposición diaria en piernas y brazos descubiertos es suficiente para mantener unos niveles óptimos de vitamina D.

Si se utiliza un fotoprotector oral, no hace falta utilizar fotoprotector tópico ¡FALSO!

La fotoprotección oral es complementaria a la tópica para conseguir una fotoprotección integral, pero en ningún caso la sustituye. Recuerda que los complementos alimenticios no sustituyen una dieta equilibrada ni un estilo de vida saludable, y que se han de tomar bajo recomendación sanitaria sin sobrepasar la dosis diaria recomendada.

Todos los protectores solares son iguales ¡FALSO!

Los protectores solares no son todos iguales. No solo se diferencian en aspectos clave como el factor de protección o el tipo de piel para el cual son idóneos, sino también en características como su textura.

Opta siempre por un fotoprotector con SPF adecuado a tu fototipo de piel y a tu actividad al aire libre, que se adecúe a tu tipo de piel (grasa, seca, atópica, etc.), y elige una textura que sea de tu gusto y que favorezca la aplicación y reaplicación sin que te resulte algo engorroso.

Es suficiente una sola aplicación de protección solar si el fotoprotector es resistente al agua ¡FALSO!

A pesar de lo resistentes que puedan ser estos productos al agua, es recomendable reaplicar la protección después de cada baño, ya que los filtros solares solo mantienen parte de su eficacia tras el baño.

Es posible que veas que las etiquetas de algunos protectores solares dicen que son «waterproof» o «water resistant». Esto significa que mantendrán parte de su eficacia pese a mojarte, pero lo recomendable es reaplicarlo siempre al salir del agua.

En días nublados no hace falta usar protección ni llevar gafas de sol ¡FALSO!

Existe la falsa creencia de que, cuando está nublado, no nos llega radiación ultravioleta y, además, de que las gafas de sol son tan solo para ponérselas en días soleados. Si está nublado, tienes que aplicarte el protector solar y usar gafas de sol de la misma manera que lo harías si fuera un día soleado.

En días nublados tenemos la sensación de que los rayos solares no inciden tanto en nuestra piel y parece menos importante el uso del fotoprotector y de las gafas de sol.

Las nubes filtran fundamentalmente la radiación infrarroja y por ello baja la sensación de calor, pero gran parte de la radiación UV sigue llegando a la superficie terrestre, y aunque no sintamos calor, esta radiación sí perjudicará a nuestra piel en ausencia de fotoprotector del mismo modo que en un día soleado.

Además, respecto a las gafas de sol, se recomienda su uso siempre y cuando haya exposición al sol, independientemente de que sea verano o no, ya que existe riesgo de que los rayos solares dañen la córnea y la retina. A largo plazo, incluso, habría riesgo de que aparezcan cataratas.

El uso de gafas de sol ante la radiación solar es especialmente importante en los niños, dado que sus ojos son hasta seis veces más sensibles que los ojos de los adultos, por lo que es importante que los niños usen las gafas de sol, especialmente en la playa.

Usar maquillaje encima del fotoprotector evita que proteja. ¡FALSO!

Puedes utilizar tu maquillaje habitual encima de la protección solar. El orden correcto sería aplicar tu fotoprotector solar y después aplicar tu maquillaje habitual.

A lo largo del día recuerda reaplicar la fotoprotección con formatos que te permitan aplicarlo encima de tu maquillaje sin estropearlo. ¡Llévalo siempre en el bolso!

El protector solar nunca caduca. ¡FALSO!

En contra de la creencia común, el protector solar caduca. Siempre se debe consultar el etiquetado del producto para ver el tiempo de validez después de su apertura. La eficacia de sus componentes disminuye con el tiempo dejando tu piel desprotegida.

No hace falta usar fotoprotección en invierno. ¡FALSO!

Hay que aplicar la fotoprotección durante todo el año, especialmente los fototipos de piel más claros y teniendo en cuenta las actividades que hagamos durante el día.

Mi protector solar es de FPS 50, por lo que no necesito aplicarlo tan a menudo. ¡FALSO!

Por el sudor, roce…irá pasando su efecto. Asegúrate reaplicar el fotoprotector cada dos horas, tenga el SPF que tenga.

Mi maquillaje tiene FPS y ya no necesito usar protector solar. ¡FALSO!

Lo más probable es que no lleves suficiente maquillaje para proteger tu piel del sol adecuadamente. Y probablemente no lo uses en todas las zonas que están expuestas al sol.

CONCLUSIÓN

Como conclusión, la protección solar es un gesto sencillo que debemos integrar como cotidiano, ya que, si lo llevamos a cabo adecuadamente, puede ayudarnos a reducir considerablemente nuestro riesgo de sufrir cáncer de piel.

Esperamos que estas consideraciones sobre los mitos aún extendidos sobre fotoprotección, te sean útiles para protegerte del sol adecuadamente.

Si tienes alguna duda sobre cómo proteger tu piel del sol, pregunta a tu dermatólogo o a tu farmacéutico. La respuesta podría ayudarte a reducir el riesgo de cáncer de piel.

¿Conocías estos mitos sobre la fotoprotección?. ¿Te ha sorprendido alguno? ¿Te queda alguna duda? ¡Consúltanos!

Fuentes:

  • IM Farmacias revista 136.
  • Teva Farmacia. ‘Mitos y bulos en fotoprotección’
  • Isdin Blog. ‘Verdadero o falso. 6 mitos sobre el cuidado de la piel’
  • Farmacéuticos noticias. ‘Los farmacéuticos alertan de los errores más habituales al protegernos del sol’