Ya podemos decir que tenemos aquí el verano con máximas extremas en los termómetros. Ahora es realmente importante prestar atención a nuestra alimentación para conseguir combatir estas altas temperaturas e hidratar nuestro organismo. Esta prevención es más importante aún en personas mayores, niños, bebés y en todas aquellas personas que padezcan algún tipo de enfermedad o que tomen una determinada medicación de forma habitual.

Debemos protegernos con todos los medios al alcance para combatir las altas temperaturas, y la alimentación es un punto muy importante para plantarle cara al calor. Esto nos permitirá mantener una correcta hidratación para conservar los mecanismos de termorregulación en buen estado.

¿Qué comer en verano?

En verano nuestra alimentación cambia y se vuelve más fresca y desenfadada, además de que nos relajamos con los horarios. A pesar de los cambios en la rutina, debemos seguir los mismos principios de la alimentación sana, modificando no solo el tipo de alimentación sino también las preparaciones culinarias, adaptándolas al calor. Aunque lo que solemos hacer es justamente lo contario: añadir bebidas y alimentos con un aporte extra de kilocalorías. En la época estival el consumo de bebidas azucaradas alcanza cifras mucho más elevadas que en el resto del año, que contienen azúcares añadidos en grandes cantidades, y tienen un bajo valor nutricional

La principal repercusión del calor principal es la sudoración, que se produce para regular la temperatura corporal, pero puede provocar deshidratación si no nos aseguramos un estado de hidratación óptimo. Para ello, ¿qué alimentos son los más adecuados para consumir en verano?

Cuando planificamos las comidas de verano, será importante garantizar una buena ingesta hídrica y de alimentos que tengan un elevado contenido en agua, vitaminas y minerales. Las frutas y verduras frescas de temporada son alimentos que nos los proporcionan, y tienes la opción de prepararlas en recetas frescas, como ensaladas, purés o sopas frías, que te aportarán además un toque extra de frecor.

Haciendo honor al dicho, la naturaleza es sabia, y es precisamente en esta época del año, cuando más aprieta el calor, cuando nos proporciona las frutas con mayor contenido en agua. Su consumo no solo nos mantendrá hidratados sino que resultan indispensables en una dieta sana a lo largo de todo el año por el aporte de vitaminas y fibra dietética.

Las ensaladas con frutas y hortalizas deben ser los platos más recurrentes del verano. Combínalas para preparar recetas frescas, muy nutritivas y refrescantes, ideales para combatir la ola de calor. La sandía, por ejemplo, es la fruta más rica en agua. Contiene cerca de un 95%, junto con el melón, que se acerca al 90%. Dos alimentos que, sin duda, debemos incorporar en nuestros platos diarios con mayor frecuencia este verano. ¡Sé original a la hora de incluirlas en distintos platos! Sin olvidar que al natural también son deliciosas. Entre las verduras destaca el calabacín.

Esta infografía muestra las frutas con mayor contenido en agua:

alimentacion y calor
Fuente: elblogdepills

Además estos alimentos son ricos en productos antioxidantes, como flavonoides de frutas y verduras que protegen la piel del daño oxidativo y nutrientes como vitamina C, vitamina E, carotenoides, resveratrol o selenio, que contribuyen a la fotoprotección celular y resultan un complemento óptimo a las cremas fotoprotectoras, ¡aunque recuerda que nunca deben suplirlas!

Consejos prácticos para cuidar la alimentación en verano

  • Asegura la ingesta de agua, sobre todo en los días más calurosos y bebe aunque no tengas sed.
  • Escoge fruta para el postre tanto en la comida como en la cena
  • Realiza cocciones suaves y evita platos muy elaborados y condimentados.
  • Selecciona platos y recetas con hortalizas y verduras frescas de esta época del año
  • Asegura una gran variedad de frutas y verduras en la dieta
  • Elige platos como el gazpacho, zumo de tomate o la vichissoise (crema de puerros que se sirve fría), o ensaladas frescas de verano como una ensalada de pasta y escalibada, una ensalada de tomate y mozzarella o una ensalada de quinoa y hortalizas frescas.
  • Evita preparaciones como los fritos, rebozados o guisos ricos en aceites y, por contra, potencia cocciones frescas como ensaladas, horno, vapor o plancha
  • Los helados y los sorbetes no son buenos aliados para combatir el calor, ya que si bien refrescan en un primer momento, pueden aumentar el efecto de calor a medio plazo

Por otro lado, la conservación inadecuada de los alimentos origina intoxicaciones con mayor frecuencia en esta época del año, por lo que es preciso extremar al máximo su cuidado.

Las bases de una buena alimentación no son diferentes en verano al resto del año, de manera que la organización de la dieta debe garantizar el equilibrio dietético aconsejado: comida y cena tienen que garantizar un óptimo aporte de carbohidratos, grasas y proteínas.

Esperamos que este artículo te haya servido para tomar conciencia de la repercusión que la alimentación puede tener en nuestra salud. Adaptarla a cada época es bien sencillo, y la naturaleza nos lo pone fácil, ¡aprovéchalo!